El precio medio de la electricidad para los clientes a tarifa regulada vinculada al mercado mayorista volverá a descender este sábado, con un descenso del 1,38% respecto a este viernes, hasta los 91,52 euros por megavatio/hora (MWh).
Por franja horaria, el precio máximo, de 115,67 euros/MWh, se subirá entre las 22:00 y las 23:00 horas, mientras que el precio mínimo será entre las 16:00 y las 17:00 horas, con 69,60 euros/MWh.
La media del «pool» eléctrico en lo que va de julio asciende a 92 euros/MWh, frente a los 142,66 euros/MWh que marcaba en el mismo periodo del año pasado.
A este precio medio del ‘pool’ se le añadiría la compensación a las empresas gasistas, que deberán abonar los consumidores beneficiarios de la medida, los consumidores de tarifa regulada (PVPC) o aquellos que, estando en el mercado libre, tienen una tarifa indexada, pero que vuelve a ser de 0 euros/MWh, situación que se repite desde el pasado 27 de febrero.
La denominada «excepción ibérica» se ha prorrogado hasta el 31 de diciembre, tras el acuerdo alcanzado por España y Portugal con la Comisión Europea. Así, se prorroga por siete meses, hasta finales de este año, y no se descarta que pueda extenderse por más tiempo si se prorroga también dicho marco.
En concreto, el acuerdo no solo supone una ampliación de la excepción ibérica que ya se aplicaba, sino que implica ciertos ajustes para adaptarla, como el precio de referencia, que hasta ahora se ha incrementado en cinco euros al mes, y ahora será más suave.
En el contrato inicial, el precio de referencia del gas mencionado anteriormente tenía un valor medio de 48,8 euros/MWh: era de 40 euros/MWh durante seis meses, y luego aumentaba 5 euros/MWh cada mes. A partir de ahora aumentará 1,1 euros/MWh desde el pasado mes de abril, para concluir en 65 euros/MWh.
Actualmente, el mecanismo no ha tenido efecto en los procesos de casación marginal en los mercados mayoristas desde finales de febrero debido a la caída del precio del gas natural por debajo de los umbrales fijados para su aplicación, pero, en caso de ser necesario, la prórroga permitirá mantener un precio razonable, poco dependiente de la evolución del gas natural.