El gobierno del Reino Unido convocará una reunión con los jefes de las principales entidades bancarias del Reino Unido para averiguar cómo está manejando la industria la desbancarización de los clientes por su ejercicio de la libertad de expresión, luego de que Nigel Farage, exlíder del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), acusó al banco privado Coutts, una subsidiaria de NatWest, de cerrar sus cuentas debido a sus opiniones políticas.
En una carta que se enviará el lunes a 19 entidades y firmas de servicios financieros, incluidos bancos tradicionales y fintechs, el ministro del Tesoro y Servicios Financieros, Andrew Griffith, expresa las preocupaciones planteadas en ambas Cámaras del Parlamento por las recientes denuncias de «desbancarización de clientes» y sobre las cuales el gobierno tomará todas las medidas necesarias para proteger el derecho a la libertad de expresión, según la BBC.
Asimismo, el Ministro señalaría su intención de dialogar al respecto con los titulares de las entidades “en la primera oportunidad”.
La semana pasada, el Tesoro británico presentó una batería de medidas para evitar el cierre «injusto» de cuentas bancarias con el fin de reforzar las herramientas a disposición de los clientes que se vean en la necesidad de oponerse a la decisión de las entidades.
“El gobierno intervino para abordar las preocupaciones de que los bancos están cerrando cuentas porque no están de acuerdo con las opiniones políticas de alguien”, dijo el Tesoro, que obligará a las entidades a explicarse y retrasar el cierre de cuentas, protegiendo así la libertad de expresión.
Por lo tanto, los cambios aumentarán el período de notificación de 30 días a 90 días, dando a los clientes más tiempo para impugnar una decisión a través del Servicio del Defensor del Pueblo Financiero o encontrar un banco de reemplazo.
También se requerirá que los bancos expliquen por qué cancelan una cuenta bancaria, lo que aumentará la transparencia para los clientes y los ayudará en sus esfuerzos por revertir sus decisiones.
“La libertad de expresión es un pilar de nuestra democracia y debe ser respetada por todas las instituciones”, defendió Andrew Griffith, para quien los bancos ocupan un lugar privilegiado en la sociedad, y es justo equilibrar el derecho de las entidades a actuar en su interés comercial, con el derecho de todos a expresarse libremente.
Los cambios propuestos por el Tesoro siguen a una investigación iniciada en enero, tras la suspensión temporal de varias cuentas por parte de PayPal el año pasado, que determinó la necesidad de cambios para garantizar un equilibrio adecuado entre la protección del cliente y los derechos de los proveedores para gestionar los riesgos comerciales.
Asimismo, coinciden con el escándalo abierto tras la denuncia de Nigel Farage de que el banco privado Coutts, filial de NatWest, nombre del antiguo Royal Bank of Scotland (RBS), había cerrado sus cuentas con la entidad por sus posiciones ideológicas y opiniones sobre diversos temas, y no por motivos puramente económicos como se decía inicialmente.
Después de que Farage reclamara la documentación al respecto, publicada por medios británicos, la entidad habría considerado que mantener a Farage como cliente del banco no estaba en consonancia con la «posición de organización inclusiva» de Coutts dadas sus «opiniones expresadas públicamente» con referencias a comentarios sobre mujeres trans, manifestantes del Black Lives Matter o su amistad con el tenista Novak Djokovic, que se opone a las vacunas contra el Covid.
La directora ejecutiva de NatWest, Alison Rose, tuvo que disculparse la semana pasada con Nigel Farage por los comentarios «extremadamente inapropiados» que se hicieron sobre él en un documento sobre su idoneidad como cliente de Coutts.