El aumento esperado en la intensidad, el número y la duración de los fenómenos meteorológicos extremos en los próximos años tendrá efectos crediticios negativos a más largo plazo, que incluyen hacer que los países mediterráneos como España sean menos atractivos como destino turístico, así como una mayor presión sobre los precios y las cuentas públicas o una mayor volatilidad en los precios de la energía, según Moody’s Investors Service.

“Si bien los costos económicos y fiscales siguen siendo manejables en el corto plazo, el aumento esperado en el número, intensidad y duración de los eventos climáticos extremos en los próximos años tendrá efectos crediticios negativos a más largo plazo”, advierte la calificadora de riesgo.