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¿Por qué Argentina mantiene las vacunas en el peor momento de la pandemia?

(CNN Español) — Argentina ha recibido 18.931.945 vacunas contra la covid-19 hasta el miércoles. Cada vez que llega un lote al país, el gobierno lo anuncia y luego comunica la distribución a las provincias para que se apliquen esas dosis. Sin embargo, existen 900.345 vacunas cuya distribución no ha sido reportada por las autoridades.

“Genera suspicacia y desconfianza”, dijo el exministro de salud argentino Adolfo Rubinstein.

Por su parte, el actual subsecretario de Estrategias Sanitarias, Juan Manuel Castelli, ha negado que existan «sospechas» sobre las dosis cuya distribución no se ha informado.

Castelli dijo que estas vacunas se han separado para formar un stock crítico. “Son vacunas que guardamos temporalmente para un caso fortuito o para responder a una situación de emergencia en algún lugar”.

Según el funcionario, actualmente hay «menos de 50.000» dosis reservadas en stock crítico. Explicó que el volumen no es acumulativo, pero a medida que llegan nuevas vacunas, nuevos lotes permiten liberar dosis que antes quedaban almacenadas. El resto, según Castelli, ya han sido repartidos, pero no se sabe en qué provincias fueron entregados, cuántos hay ni cuándo ocurrió esto.

Crédito: JUAN MABROMATA/AFP vía Getty Images

Castelli no pudo precisar el número exacto de dosis que se mantienen en stock crítico, pero dijo que entre los lotes que llegan al país no hay un porcentaje fijo de vacunas que deban reservarse. También dijo que estas vacunas pueden no entregarse «alrededor de 12 o 14 días».

«No tiene sentido guardar vacunas en este momento», dijo Rubinstein. Mientras que, por su parte, el presidente Alberto Fernández había reconocido el 20 de mayo: “Estamos pasando por el peor momento de la pandemia.

La cifra de 900.345 es el número de vacunas que el gobierno no ha informado oficialmente para su distribución en al menos 11 ocasiones, según declaraciones de la presidencia y el ministerio de salud. Un ejemplo de tales oportunidades es el 19 de abril, cuando llegó un lote con 800 000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V, pero el gobierno anunció que distribuiría 654 000. De las 146 000 dosis restantes, no se dispone de información.

El doctor Roberto Debbag, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Enfermedades Infecciosas Pediátricas, aclaró que “siempre hay una cantidad de vacunas que se reserva en caso de epidemia y que se utiliza para el control. Ahora, cuando estamos en una pandemia, ya es una pandemia.

A diferencia de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador y Colombia no reservan vacunas en stock crítico, confirmaron a CNN representantes de sus respectivos gobiernos.

“En ningún momento se dejaron vacunas en stock crítico en cantidades que impidieran nuevas vacunaciones”, dijo el Subsecretario de Estrategia de Salud de Argentina.

Por el contrario, para el doctor Debbag, ha «retrasado el proceso de vacunación» en el país y, en consecuencia, la caída del número de muertos por coronavirus. En la misma línea, el exministro de Salud Rubinstein argumentó que “cualquier vacuna que no se aplica y se aplica después” tiene un perjuicio.

Crédito: Ricardo Ceppi/Getty Images

Ante estas declaraciones, Castelli defendió la estrategia sanitaria de contar con un stock crítico de vacunas. Según él, también es importante tener un número determinado de dosis reservadas para poder responder a posibles emergencias o problemas de distribución.

¿Cuántas veces han tenido que responder con stock crítico?

«No puedo decirle con precisión cuántas veces», dijo Castelli.
Esto contrasta con el mensaje del presidente Fernández: “Todo contagio nos debe doler, cada muerte nos debe doler”.

Según cifras oficiales, Argentina ha alcanzado los 4 millones de contagios de covid-19. Es el noveno país del mundo con mayor número de infectados, según datos de la Universidad Johns Hopkins. El número de muertos por el coronavirus ha superado los 82.000 según la misma fuente. Mientras tanto, la vacunación con al menos una dosis no llega al 33% de la población. El sistema de salud está estresado y sus trabajadores agotados.

Denis Granados Martínez

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