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Romuald Fons tiene las ’51 leyes’ para atraer el éxito y el dinero

Romuald Fons (Barcelona, ​​1977) no nació rico, pero quería serlo. Es una historia de superación, destrucción y construcción, de esas que se pueden contar en una escuela de negocios como un caso de éxito. ¿Cómo lo hacemos? Dejando de ser el mejor en lo que ha decidido hacer. Entonces, el autoproclamado «rey del SEO» construyó un negocio donde antes apenas tenía suficiente para pagar las cuentas.

“No existe una receta para el éxito y no existe un tipo de persona exitosa. La realidad nos ha demostrado una y otra vez que hay personas exitosas de todo tipo y de todos los ámbitos de la vida”, dijo a FORBES España. No hay receta para el éxito, pero hay leyes. Esto es lo que plasmó en su libro, «Crecer y hacerse rico: 51 leyes para atraer el éxito y el dinero». Con este trabajo busca inspirar, sorprender y mostrar honestamente su trayectoria. En nueve años, cambió su vida. ¿Tu próximo desafío? «Sigue creciendo», responde con voz retumbante. Hablamos con Fons sobre sus “leyes” y su visión de crecimiento personal y profesional.

Se podría decir que «persistencia» es su segundo nombre. ¿Qué consejo le darías a alguien que está a punto de dejar su negocio?

Si estás pensando en rendirte, el emprendimiento no es para ti. Así que mi consejo sería rendirse y dejar espacio para los que vienen después y están dispuestos a trabajar duro y sufrir para lograr sus objetivos. El emprendimiento es así. O te jodes o te vas.

Hablas del pivoteo como un factor vital: ¿qué haces para no perder peralte y girar el timón en el momento adecuado?

Para poder pivotar, lo primero que hay que hacer es moverse. El problema es que, una vez lanzado, es muy fácil coger la inercia y quedarse ahí por miedo a perder todo lo que ya se ha adquirido. Cuando eso sucede, seguimos adelante sin prestar atención a nada más que a nosotros mismos y lo que ya tenemos, lo que sabemos, y eso es un error.

Lo que hay que hacer es mantener los ojos bien abiertos para aprovechar las oportunidades de negocio que se nos presenten. Y cuando eso pase, qué pasará, así que pivota, es decir, cambia de rumbo y toma nuevos caminos para seguir creciendo y aprovechar las oportunidades que generan mayores retornos en tu negocio, deja de salir de tu zona de confort y toma riesgos.

Uno de los grandes defectos de muchos profesionales es no saber venderse. ¿Deberíamos creer más en ello? Vender… ¿nace o se hace?

El mundo está lleno de genios que nadie conoce. Por supuesto, si no crees en ti mismo, nadie lo hará. Lo supe viendo una entrevista que le hicieron a Salvador Dalí en la televisión estadounidense, en la que desfiguraron el título de uno de sus libros: diario de un genio. Ante las críticas, Dalí respondió que si él no decía que lo era, ¿quién lo diría? Y tenía razón. No tiene sentido ser muy bueno en algo si nadie más lo sabe.

Al ver a Dalí en esta entrevista, entendí que era márketing y decidió hacer lo mismo. Desde ese momento, cuando nadie me conocía todavía, comencé a llamarme el Rey del SEO, luego probé que merecía ese título y ahora la gente me conoce por ese nombre. Asi es como lo haces.

«Hacerse rico. Porque realmente no hay razón para no serlo». ¿Ser millonario fue el motor de tu trabajo o más bien una consecuencia de ese esfuerzo?

Si no creces, la riqueza no llega, o si llega, no dura, porque no sabes cómo crearla. Esto ha sido probado muchas veces a lo largo de la historia. Por ejemplo, se sabe que más del ochenta por ciento de las personas que se hacen millonarias con la lotería pierden su fortuna en menos de un año.

Ahora bien, en mi caso, el dinero no es más que la consecuencia del trabajo y un medio para conseguir las cosas que quiero, pero no el fin en sí mismo. No estoy obsesionado con tener más ceros en mi cuenta bancaria, ni son los números de saldo los que me hacen despertar cada mañana con ganas de seguir creciendo y esforzándome. Lo que me motiva son las cosas que puedo lograr con este dinero. Como explico en el libro, sin dinero mucho, porque es verdad que hay muchas cosas, como la familia, que no se pueden hacer con dinero; pero con el dinero, todo, porque el dinero no te impide hacer nada y, por otro lado, te permite hacer muchas cosas que sin él serían imposibles.

Hildelita Carrera Cedillo

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