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Cómo el florecimiento humano está revolucionando la forma en que hacemos negocios

Aunque todavía no suena mucho en España, Estados Unidos, Latinoamérica y varios países europeos, el florecimiento humanoun concepto que va más allá de lo cacareado consciencia, aplicado a los negocios revoluciona la forma de hacer negocios. Prestigiosas universidades como Harvard, Berkley o Princeton están considerando esta disciplina que se nutre de la noción de eudaimonia de Aristóteles que ya se cuestionaba a sí mismo en el siglo IV a. C. cómo pueden prosperar los seres humanos.

Universidad de Harvard, donde trabaja Matthew T. Lee, director de investigación empírica de Human Flourishing, ha generado un índice para medirlo. “El objetivo es ver cómo podemos prosperar como especie y cómo podemos ser más empáticos. Esta disciplina multidisciplinar cuenta con expertos en campos tan dispares como la economía, la filosofía, la sociología, la psicología o las matemáticas. Los parámetros calculados son: felicidad y satisfacción; significado y propósito de la existencia; carácter y virtud; relaciones sociales; salud física y emocional y estabilidad financiera; a veces se evalúa el impacto de la religión o la espiritualidad. , explica T. Lee.

Pero cuando todas estas variables se traducen en un índice, cuando los talleres de florecimiento humano aplicado a multiplicar la productividad, tiene sentido ser cauteloso. Si medimos el bienestar o la satisfacción y traducimos estos y otros parámetros en un índice, ¿no corremos el riesgo de convertirnos en máquinas de felicidad al servicio de la industria? “Una de las razones por las que me interesa hablar sobre el florecimiento humano es por ese vértigo al que aludes: la felicidad como concepto atrae el fraude y la charlatanería. la corriente de Pensamiento positivo puede ser pernicioso; no basta con pensar que se puede ser feliz. La realización humana va más allá del individuo, tiene en cuenta el entorno, la sociedad en su conjunto…”, explica Enrique Tamés, director de proyectos de realización humana del Tecnológico de Monterrey. En otras palabras, el florecimiento humano es la respuesta a felicidadla dictadura de la felicidad que denuncian en el ensayo el madrileño Edgar Cabanas, doctor en psicología, y la socióloga franco-israelí Eva Illouz Happycracy: cómo la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas (Paidós), un best-seller traducido a once idiomas.

Peter Greer, autor del libro Emprendimiento para el florecimiento humano (Entrepreneurship for Human Empowerment, en inglés), aboga por pensar en los emprendedores y empresarios como agentes de cambio, como visionarios capaces de erradicar la pobreza, siempre que lo hagan con respeto a valores como los que defiende el florecimiento humano, que no se aplican ellos, dice Greer, fracasan moral y económicamente como le sucedió al titán de la energía Enron. “Cuando escuchamos el término ‘profesiones de ayuda’, pensamos en docentes o enfermeros, ¿qué impide que un empleador entienda que ellos también tienen esta capacidad? Una empresa puede ser fuente de bienestar; todo depende del grado de conciencia con el que operes.

Todos podríamos aprender del sistema de enfermería holandés Buurtzorg, por ejemplo”, dice T. Lee. en el juicio Reinventar organizaciones (ed. Harpe), Laloux traza una hoja de ruta para la metamorfosis y demuestra que a más bienestar, mejores resultados. Uno de los modelos a los que se refiere es el mencionado sistema de enfermería holandés, Buurtzorg. “En la década de 1980, el gobierno burocratizó y deshumanizó la enfermería al imponer principios de economía de escala. Los pacientes y los trabajadores sufrieron el cambio y un empleado creó Buurtzorg”, dice T Lee. «La clave es cambiar el enfoque de lo individual a lo colectivo, el secreto es querer que los empleados tengan una vida plena y que la empresa tenga un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedaddice T. Lee. En otras palabras, se necesitan líderes cuya motivación no sea el poder, el ego o el dinero personal, sino el servicio a la comunidad. Este es el movimiento conocido como ‘capitalismo consciente‘, un sistema económico con rostro humano impulsado por Raj Sisodia, el profesor indio que aboga por empresas donde predomine la benevolencia y la empatía, y que ha demostrado que estas empresas son más rentables, crecen más rápido, tienen clientes más fieles y empleados más comprometidos. y no gastar tanto dinero en publicidad.

Talleres, prácticas, retiros… varios profesionales ofrecen formación en consciencia y autocompasión para lograr fines similares a los defendidos por el florecimiento humano; Apple, Google, Nike o Ebay ya las han implementado. “La autoexigencia genera estrés y ansiedad; Imparto una clase en la que aprendes a tomar conciencia del dolor, cambiar tu diálogo interno, liberar más oxitocina -conocida como la hormona del amor- y opiáceos con ejercicios de gestos y visualización, y reducir los niveles de cortisol”, concluye Vicky Lahiguera, directora de VL Mindfulness y Yoga, quien ha ofrecido sus clases a empresas como Ogilvy, PepsiCo y Adecco.

Hildelita Carrera Cedillo

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