El consumo mundial de gas se redujo en torno a un 1,6% en 2022, principalmente por la caída de la demanda en Europa del 13%, la mayor de su historia, tras el despliegue de medidas de emergencia para ahorrar gas tanto en el sector residencial como comercial por las dificultades surgidas de la guerra de Ucrania, reveló este jueves el Club Español de la Energía (Enerclub) en colaboración con la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Sin embargo, la demanda europea también se vio afectada por condiciones climáticas más suaves el invierno pasado, lo que contribuyó a reducir el consumo de calefacción en los hogares.
Por el contrario, el consumo de gas en Asia también se contrajo, pero solo en un 2% debido a los altos precios del gas natural licuado (GNL), las restricciones relacionadas con el Covid en China y las temperaturas invernales que no fueron frías en el noreste de Asia.
En cuanto al GNL, el mercado internacional alcanzó los 50.000 millones de dólares (46.111 millones de euros) en 2022, su máximo histórico. Europa fue el principal impulsor del aumento de la demanda de GNL, ya que redujo sus importaciones de gas de Rusia. De hecho, las importaciones europeas de GNL aumentaron un 63% el año pasado. En contraste, las importaciones desde China cayeron un 21% en 2022.
Los precios del gas natural, aunque siguen siendo altos en comparación con los valores medios registrados, han caído en los últimos meses. Sin embargo, explicó Jean-Baptiste Dubreuil, analista senior de la AIE, esto podría cambiar en 2023 con el aumento de la demanda de GNL en Asia, principalmente en China.
Según las previsiones de la AIE, la demanda china de GNL podría aumentar un 10% en 2023, aunque estas previsiones son «altamente inciertas». En un escenario alcista, este crecimiento podría llegar al 35% si los precios continúan cayendo y la actividad económica se recupera.
“China es el gran desconocido en 2023. Si la demanda mundial de GNL vuelve a los niveles anteriores a la crisis, la competencia en los mercados mundiales se intensificará y los precios inevitablemente volverán a subir”, dijo Dubreil.
El informe también analiza los gases de baja emisión y su comportamiento durante el último año. Entre otros aspectos, destacamos que el biometano aumentó un 16% a nivel mundial en 2022. En Estados Unidos aumentó un 20% y en Europa un 15% (0,5 Gm3).
Se espera que la producción de biometano en la Unión Europea aumente a 35 000 millones de m3/año para 2030, diez veces más que los niveles actuales. El suministro de hidrógeno de bajas emisiones aumentará a 20 Mt en 2030, de los cuales 10 Mt serán importados de diversas fuentes. Dependiendo del sector de uso final, el rápido desarrollo del hidrógeno de bajas emisiones podría reemplazar de 34 a 68 mil millones de m3/año de gas natural para 2030.
Para mitigar los riesgos que supondría para el mercado gasista europeo un posible corte total del suministro ruso, la disponibilidad limitada de GNL o las bajas temperaturas de final de año, la AIE propone anticiparse a la reducción de la demanda de gas desarrollando energías renovables, mejorar la eficiencia energética y la infraestructura, promover el desarrollo del consumidor y fortalecer la solidaridad con los países de Europa del Este en términos de seguridad energética.