ExxonMobil presenta denuncia contra impuesto de solidaridad para petroleras levantado en la UE
El gigante petrolero estadounidense ExxonMobil ha presentado una denuncia ante el Tribunal Europeo de Luxemburgo contra el impuesto excepcional con el que la Unión Europea quiere gravar a las empresas petroleras el próximo año.
Según ‘Financial Times’, la demanda se ha presentado
por sus filiales alemana y holandesa ante el Tribunal Europeo y representa la respuesta más significativa de la industria hasta el momento contra el impuesto temporal de solidaridad con el que Bruselas espera recaudar unos 25.000 millones de euros.
Un portavoz de ExxonMobil dijo a Europa Press que la solicitud de la petrolera es «solo para el contraproducente impuesto sobre las ganancias extraordinarias, no para cualquier otra parte del paquete para reducir los precios de la energía».
En este sentido, el representante de la multinacional defendió que este impuesto socavaría la confianza de los inversores, desincentivaría la inversión y aumentaría la dependencia de productos energéticos y combustibles importados.
«Las industrias europeas ya se enfrentan a una crisis de competitividad muy real y los gobiernos deberían apoyar la producción de energía fiable y asequible», dijo.
Por otro lado, recordó que ExxonMobil ha sido uno de los mayores inversores en refino en Europa durante la última década, invirtiendo más de 3.000 millones de dólares (2.818 millones de euros) en grandes proyectos de refino que han aumentado la capacidad productiva.
De cara al futuro, señaló que ExxonMobil está considerando las próximas inversiones multimillonarias en el suministro y la transición energética de Europa, buscando un caso comercial sólido, respaldado por un clima de inversión estable y predecible.
«Si invertimos aquí depende principalmente del atractivo y la competitividad de Europa a nivel mundial», advirtió, y agregó que la empresa seguirá trabajando con los líderes europeos para resolver estos problemas.
El impuesto temporal solidario de al menos el 33% sobre los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles fue una de las medidas presentadas el pasado mes de septiembre, con opción de introducir una reducción «obligatoria» del consumo eléctrico en las horas de máxima demanda o fijar una reducción temporal límite al precio al que las tecnologías inframarginales, como las energías renovables o la nuclear, entre otras, pueden vender electricidad, de 180 euros/MWh.