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Países Bajos emergentes – Forbes Francia

Dios creó el mundo y los holandeses crearon los Países Bajos. Más de un tercio del territorio se ha construido gracias a su trabajo, su esfuerzo y su ingenio. Los holandeses han estado luchando contra el Mar del Norte y el agua durante siglos, ganando una batalla titánica en la que está en juego gran parte de su supervivencia.Holanda es un territorio marcado por canales y atravesado por diques. Canales para domar el agua y barreras para detener el embate de las peligrosas mareas del norte.

Si alguien quiere buscar pólderes, hormigón armado e ingenieros de caminos y puertos, no hay mejor lugar que Old Holland. Y ahí es donde quiere llegar Ferrovial, una empresa que debe su imperio al cemento ya la ingeniería. Pero la argamasa que atrae a la empresa que dirige Rafal del Pino a Ámsterdam no es la de cemento y arena, sino la que va ligada a la economía, la estabilidad y las ventajas fiscales.

En las últimas décadas, Holanda ha logrado convertirse en un centro financiero que absorbe empresas del resto de Europa gracias a un mejor tratamiento fiscal de los dividendos en el extranjero, herramientas más efectivas contra operaciones hostiles y un mejor acceso al crédito, algo fundamental para las empresas, como como la construcción de empresas, que no sólo viven del acero y el conglomerado, sino sobre todo de la fusión de créditos para construir sus proyectos.

En los Países Bajos, la tasa impositiva corporativa nominal es ligeramente más alta que en España. Es sobre el papel, porque la relación con las ganancias obtenidas en el exterior, ya gravadas, es más favorable que aquí. La armonización fiscal en Europa aún tiene un largo camino por recorrer. Hay otras variables que tienen que ver con el mercado de valores. Nuestra bolsa se encoge para las multinacionales españolas. La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, abordó la cuestión con elegancia al abogar por un mercado único de capitales europeo. Es un riesgo para España y para Europa que los gigantes del Continente se planteen emigrar a América, vía Amsterdam, para desarrollarse cada vez más rápido. En nuestro país, a todo ello, se ha introducido el Impuesto sobre Transacciones Financieras, que apenas contribuye a la recaudación pero puede percibirse como un freno, mientras Hacienda acelera la implantación del tipo mínimo del 15% en el IRPF. Queda por ver si los Países Bajos tienen tanta prisa por transponer esta pregunta.

Finalmente, está la confianza. Es la argamasa que mantiene en pie el sistema económico de cualquier país. Confianza en el sistema regulatorio, en una regulación estable, en canales seguros de pago y cobro, en un entorno político, social y económico propicio para los negocios. La confianza es el mejor hormigón armado que puede encontrar un emprendedor a la hora de invertir. De ahí la necesidad de presentar la mejor cara a los inversionistas extranjeros para que apuesten por nuestro país. Las inversiones extranjeras recientes alcanzan los 30.000 millones. Sin embargo, los recurrentes ataques del Gobierno contra determinados empresarios españoles están debilitando los cimientos y haciendo añicos las certezas. Esto, en medio de una tendencia paradójica entre ciertas autoridades que admiran al emprendedor a quien desprecian cuando se convierte en emprendedor.

Hildelita Carrera Cedillo

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