El Banco Central de la República de Turquía compró 23 toneladas de oro en enero, convirtiéndose en el mayor comprador de este metal precioso entre todos los bancos centrales del mundo durante este mes.
La institución cuenta actualmente con unas reservas de 565 toneladas de oro, su nivel más alto en la historia, según el Consejo Mundial del Oro. El motivo por el que Ankara se ha embarcado en esta compra en los últimos meses es que la nación euroasiática trata de reforzar la confianza en su moneda, el La lira turca, socavada por la alta inflación, que fue del 55,2% anual en febrero.
Sin embargo, Turquía suspendió temporalmente algunas importaciones de este metal en febrero como parte del plan de emergencia desplegado para hacer frente al desastre humanitario y económico provocado por los terremotos sufridos en el sureste del país.
Asimismo, el 23 de febrero, el Banco Central decidió bajar las tasas de interés en 50 puntos básicos, a 8,50%, para apoyar las obras de reconstrucción que prometen ser costosas. El Banco Mundial ha cuantificado los daños directos causados por la catástrofe en 34.200 millones de dólares (32.052 millones de euros), lo que equivale al 4% del PIB de Turquía.
Por otra parte, las distintas autoridades monetarias del mundo incorporaron a sus carteras 31 toneladas netas de oro a lo largo del primer mes del año, 16% más que en diciembre. El Banco Popular de China y el Banco Nacional de Kazajstán fueron el segundo y tercer mayor comprador, sumando 15 y 4 toneladas respectivamente.