De Cos cree que los últimos datos confirman que si hay una recesión en la Eurozona, será ‘breve’
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, aseguró que los últimos datos disponibles confirman la opinión de que, en caso de recesión en la zona euro este año, será «relativamente corta y superficial». .
Así se expresó el gobernador durante su intervención en un acto organizado en el marco del día del inversor en España. A pesar de la situación recesiva, De Cos indicó que se espera una mejora de la actividad económica en el segundo semestre de 2023 bajo el supuesto de un reequilibrio del mercado energético, una reducción de la incertidumbre y una mejora en los ingresos reales de las familias.
El banquero central recordó las últimas previsiones del Eurosistema, que prevén una inflación media en el conjunto de la zona euro del 6,3 % para este año, del 3,4 % en 2023 y del 2,3 % en 2025. Todas estas cifras están por encima del objetivo del 2 % de la Unión Europea. Banco Central de la Unión (BCE).
En este sentido, De Cos indicó, tal y como había anunciado previamente el BCE, que los tipos de interés seguirán subiendo en el futuro para frenar esta espiral alcista de precios. En los últimos meses, la Eurozona ha vivido el proceso de normalización más rápido de su historia, con una subida acumulada del precio de la plata de 250 puntos básicos.
Como ejemplo, De Cos indicó que desde la última reunión de política monetaria del BCE, celebrada en diciembre, las expectativas del mercado para las tasas de interés han aumentado 30 puntos básicos, hasta alrededor del 3,4%. Estos tipos incluyen «un elemento de prima de plazo positivo», por lo que De Cos indicó que el mercado espera que el tipo máximo que alcanzarán los tipos del BCE «sea algo inferior a esta cifra».
“Nuestras futuras decisiones sobre tasas de interés seguirán estando basadas en datos y seguirán un enfoque en el que las decisiones se toman en cada reunión”, enfatizó el gobernador.
En cuanto a las recomendaciones macroeconómicas, De Cos pidió «coherencia» entre la política fiscal y la monetaria. Así, subrayó que las medidas de apoyo fiscal para proteger la economía del impacto de los precios de la energía “deben ser temporales, centradas en los más vulnerables y con un diseño compatible con el mantenimiento de incentivos para consumir menos energía”.
Asimismo, consideró «deseable» pactar un reparto justo entre salarios y márgenes empresariales de la pérdida de ingresos ligada a la subida de los precios de la energía para evitar una espiral inflacionaria.